domingo, 20 de marzo de 2011

Pecados

Pecados capitales

Los siete pecados capitales son una clasificación de los vicios mencionados en las primeras enseñanzas del cristianismo para educar a sus seguidores acerca de la moral cristiana. La Iglesia católica romana divide los pecados en dos categorías principales:
  • pecado venial aquellos que son relativamente menores y pueden ser perdonados a través del sacramento.
  • pecado mortal los cuales, al ser cometidos, destruyen la vida de gracia y crean la amenaza de condenación eterna a menos que sean absueltos mediante el sacramento de la penitencia, o siendo perdonados después de una perfecta contrición por parte del penitente.
Comenzando a principios del siglo XIV, la popularidad de los siete pecados capitales como tema entre los artistas europeos de la época finalmente ayudó a integrarlos en muchas áreas de la cultura y conciencia cristiana a través del mundo.

Lista de los siete pecados capitales

Listado de los siete pecados capitales en el mismo orden que utilizó el papa romano san Gregorio Magno (circa 540-604) en el siglo VI. Más tarde, el poeta Dante Alighieri utilizó el mismo orden en su obra La Divina Comedia (c. 1308-1321).
Siete pecados capitales
lujuria
pereza
gula
ira
envidia
avaricia
soberbia
La identificación y definición de los siete pecados capitales a través de su historia ha sido un proceso fluido y, como es común con muchos aspectos de la religión, la idea de lo que cada uno de estos pecados envuelve ha evolucionado con el tiempo. Ha contribuido a estas variaciones el hecho de que no se hace referencia a ellos de una manera coherente o codificada en la Biblia y por tanto se han consultado otros trabajos literarios o eclesiásticos para conseguir definiciones precisas de los pecados capitales.
La teología de «El Purgatorio», la segunda parte del poema La Divina Comedia, casi ha sido la mejor fuente conocida desde el Renacimiento (siglos XV y XVI), y muchas interpretaciones y versiones posteriores, especialmente derivaciones conservadoras del protestantismo y del movimiento cristiano pentecostal han postulado temibles consecuencias para aquellos que cometan estos pecados como un tormento eterno en el Infierno, en vez de la posible absolución a través de la penitencia en el Purgatorio.

Los vicios pueden ser catalogados según las virtudes a que se oponen, o también pueden ser referidos a los pecados capitales que la experiencia cristiana ha distinguido siguiendo a san Juan Casiano y a san Gregorio Magno (Mor. 31, 45). Son llamados capitales porque generan otros pecados, otros vicios. Son la soberbia, la avaricia, la envidia, la ira, la lujuria, la gula, la pereza.
Catecismo de la Iglesia Católica, n.º 1866, artículo 8, «El pecado» (V: La proliferación del pecado).1
Los pecados capitales son enumerados por Santo Tomás de Aquino (I-II:84:4) como siete: vanagloria (orgullo, soberbia), avaricia, glotonería, lujuria, pereza, envidia, ira. Buenaventura de Fidanza (Breviloquium, III, IX) enumera los mismos. El número siete fue dado por san Gregorio Magno (Lib. mor. en Job XXXI, XVII), y se mantuvo por la mayoría de los teólogos de la Edad Media. Escritores anteriores enumeraban ocho pecados capitales: San Cipriano de Cartago (De Mort., IV); Juan Casiano (De instit. cænob., V, coll. 5, «de octo principalibus vitiis»); Columbano de Lexehuil («Instr. de octo vitiis princip.» en Bibl. max. vet. patr., XII, 23); Alcuino de York (De virtut. et vitiis, XXVII y siguientes). El término «capital» no se refiere a la magnitud del pecado sino a que da origen a muchos otros pecados. De acuerdo a santo Tomás de Aquino (II-II:153:4)
Un vicio capital es aquel que tiene un fin excesivamente deseable, de manera tal que en su deseo, un hombre comete muchos pecados, todos los cuales se dice son originados en aquel vicio como su fuente principal. […] Los pecados o vicios capitales son aquellos a los que la naturaleza humana caída está principalmente inclinada.

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